Hace unos años (yo tenía 33 años entonces) mi esposo contrató un empleado joven en su oficina de unos 25 años. El chico recién había terminado la Universidad y ese era su primer empleo (no diré en qué rama, pero era trabajo de oficina e implicaba viajar por negocios). Desde ahora les diré que desde que lo conocí, el chico me pareció muy educado y atractivo.

El chico era muy trabajador y se ganó la confianza de mi marido (que era su jefe directo), y entonces le empezó a delegar trabajo y lo ayudaba también en cosas personales que involucraban ir a mi casa y ahí fue donde lo conocí.

El chico siempre fue muy atento y respetuoso conmigo y jamás me insinuó nada. Así que yo hice lo mismo y a pesar de que me parecía atractivo y educado, obviamente no se le dije.

Después de unos meses, mi esposo salió a un viaje de negocios y me quedé sola en casa por unos días. Pero no, no crean que pasó algo en mi casa, sigan leyendo.

Uno de esos días mi esposo me llamó por teléfono y me dijo que necesitaba que yo lo acompañara a una cena que era de parejas durante su viaje de negocios y me pidió que comprara un vuelo para ese mismo día y así poder alcanzarlo y estar ahí con él para esa cena. Pero oh sorpresa, ya no había disponibilidad de vuelos ni para ese día ni para el siguiente, así que mi marido le dio la instrucción a su joven ayudante de que me llevara en su coche por carretera, pues no me podía ir yo sola porque el viaje era como de 14 horas.

Así que ese mismo día hice mi maleta y salimos de prisa por carretera rumbo el lugar en el que estaba mi esposo. Durante todo el trayecto el chico en cuestión se portó muy respetuoso y educado, incluso se paró en una gasolinera a comprarme agua y algo de comer porque por las prisas me fui casi en ayunas. Se hizo de noche y para mayor seguridad, decidimos pasar la noche en un hotel a pie de carretera para salir al día siguiente muy temprano y alcanzar a llegar al evento con mi esposo.

Obviamente rentamos dos habitaciones y ninguno insinuó nada. Aunque hay qué decir que durante el trayecto estuvimos conversando muy rico e incluso el chico me hizo reír mucho con varias anécdotas curiosas e interesantes que me platicó.

El lugar en el que nos quedamos era caluroso, y el A/C de la habitación que me tocó no enfriaba bien y hacía demasiado ruido. Fui a la recepción para ver si me cambiaban de cuarto y me dijeron que ya no había otro disponible. No me quedó más remedio que pedirle ayuda al chico ayudante de mi esposo para ver si él podía hacer algo para que el A/C funcionara e hiciera menos ruido.

Él fue a mi cuarto y estuvo un rato tratando de arreglar el A/C sin éxito. En cierto momento me acerqué a él y le tomé el hombro para decirle que ya lo dejara, que así me dormiría con él A/C apagado aunque hiciera calor, y le comenté obvio en tono de broma que a fin de cuentas me gustaba dormir desnuda.

Entonces él volteó, me tomó de la nuca y me besó los labios. Yo no me resistí, al contrario, le correspondí el beso muy bien. Una cosa llevó a la otra, me quitó la pijama, me desnudó y empezó a hacerme un sexo oral delicioso. Muy precavido, fue rápido a su cuarto y regresó, resulta que fue por unos preservativos que traía en su maleta (no se si los cargaba siempre por si acaso, o si los traía a propósito para esta ocasión). Yo estaba calientísima, el se puso el condón y me hizo el amor. De hecho lo hicimos en varias posiciones y yo tuve dos orgasmos de lo caliente y dura que me sentía a su lado. Al final él aún no se venía y decidimos hacer un 69 y ahí fue donde el se vino por completo, dentro de mi boca por cierto.

Pasamos la noche juntos y en la mañana temprano, antes de irnos, tuvimos otro round mañanero, aunque este fue rápido pero muy rico (logré venirme sobre él otra vez) y él se vino dentro de mí pues ya no se puso condón (yo no me preocupé porque por cuestiones físicas ya no puedo quedar embarazada).

Seguimos nuestro camino y ninguno de los dos habló más sobre el tema.

Cuando llegamos, el chico se reportó con mi esposo y le dijo que todo había salido perfecto y que ahí estaba yo lista para la cena de parejas y se puso a sus órdenes. Mi marido le dio las gracias y le dijo que ya se podía regresar nuevamente a la ciudad de la que salimos.

Mi esposo nunca se enteró de ese incidente, o al menos no que yo supiera. Sin embargo, a los pocos días el chico le presentó su renuncia, supuestamente porque había encontrado otro trabajo en el que tendría un puesto más alto y le pagarían mejor. Yo ya no lo volví a ver, e incluso supe que tiempo después se mudó a otra ciudad (tal vez por su nuevo trabajo).

Ese ese uno de mis secretos más hot que no he contado a nadie en la vida real, ni siquiera a mis dos mejores amigas, y no voy a negar que aún tengo fantasías sobre esa noche en la que los dos acabamos empapados en sudor y otros fluidos corporales deliciosos.

No sé si mi esposo sepa o sospeche algo, pero lo que me parece raro es que jamás volvió a referirse al chico a pesar de que fue su mano derecha durante varios meses.