Al siguiente día de nuestro encuentro ella se desperto algo tarde y adolorida. El chico se la había cogido como si fuera una estrella porno. Era realmente sorprendente lo que duró. Mi esposa estaba echa un cuero. Súper fit. Depilado todo su cuerpo. Con una cabellera espectacular, carita de princesa, mega cachonda. Se habría entendido perfectamente que el italiano se viniera a las primeras de cambio. Pero no fue así. Todo lo contrario de hecho. Ella tuvo que decir "yaaaa, que de venga porfavor, me duele" para que el parara y, como les comenté en el relato anterior, se masturbara en su cara.

A medio día nos decidimos a salir del cuarto. Visitamos la ciudad, comimos pasta y comenzamos a beber. Despues de unas tres copas de vino, mi mujer me dice: "oye, me dio su cel, y si le escribo". Yo asorado porque apenas unas horas atrás se decía adolorida, le dije: "si le escribes te va a volver a coger, ¿se te antoja otro round?. Ella volteó a verme con esa mirada que pone cuando quiere portarse mal. No hubo necesidad de decir nada. Estaba claro que quería más salame italiano la nena. Le escribió y el chico le contestó inmediatamente. Lo citó a las 10 de la noche en el hotel. Era apenas el tercer día de la luna de miel y todo pintaba a que sería el segundo día en el que la recién casada se coge a un extraño frente a su marido. Debería de sentirme ofendido pero no. Nada de eso. Solo le dije. "Sabes que, se me ocurre algo, ahora que llegue al cuarto ábrele la puerta desnuda, solo con tacones puestos". Ella se sonrojó primero y luego cerrando los ojos y mordiéndose los labios dijo: "me gusta tu idea".

Pedimos la cuenta y nos fuimos a la habitación para disponer todo para el segundo round.

Continuará ...