La mía es acudir a una fiesta a una mansión muy grande acompañado de mi novia y, después de mucho bailar y divertirme, me doy cuenta de que la he perdido de vista.

Pregunto a varias asistentes si alguien la ha visto, pero la mayoría me contesta que no, hasta que una chica con apariencia estrafalaria me mira raro y me dice que tal vez la hayan invitado al "otro evento", y me señale una puerta al fondo del pasillo.

Cuando abro la puerta en cuestión, veo que ésta conduce a un largo pasillo, que después baja por unas escaleras. Nunca antes había estado en esta parte de la mansión.

Al final de las escaleras hay otra puerta que abro con cuidado y llego a una especie de sala de estar en penumbras, distingo que hubo una reunión ahí, pues hay varias botellas de licor vacías, colillas de cigarros, carrujos de marihuana y, sobre todo, hay mucha ropa regada por todas partes. Ropa tanto de hombres como de mujeres.

Encima del respaldo de un sillón veo un conjunto de blusa con pantalón que reconozco de inmediato: son de mi pareja, pero ella no está por ninguna parte.

Alcanzo a distinguir una puerta disimulada al lado del bar y entro a un pasillo oscuro, avanzo poco a poco, esperando que mi vista se acostumbre, hasta que llego ante una pesada y gruesa cortina de terciopelo negro, la aparto un poco y no puedo creer lo que ven mis ojos.

En medio de una habitación completamente vacía de muebles, donde techo y paredes son de color negro y con todo el suelo acolchonado veo una multitud de cuerpos desnudos, sudorosos, jadeando, gimiendo... gozando.

Una masa de carne formada por, al menos 30 personas de ambos géneros, teniendo sexo salvaje sin parar, sin saber cómo ni con quién lo estás haciendo, sólo la parte más primitiva de su ser está enfocada al placer.

Nadie se ha dado cuenta de que los estoy espiando, cuando veo que entre esa masa de cuerpos la cabeza de una mujer sobresale por un momento. No estoy seguro de si es ella, pues su largo cabello oculta parte de su rostro y su cuerpo está siendo acariciado, besado y lamido por una media docena de cabezas. De pronto, ella lanzó un gemido y se mezcló hasta desaparecer en medio de ese nudo de cuerpos.

Salgo de ahí sin hacer ruido y vuelvo a la fiesta a tomar una cerveza para esperar a mi novia. No puedo esperar a llegar a casa para que me cuente como fue su experiencia allá abajo.

Hoy fue ella, mañana me toca a mi.

¿Cuál es la tu fantasía?