Mi tía y yo ya hacía unas semanas que estábamos saliendo y fuimos a una fiesta familiar. Recuerdo querer follármela antes de ir a la fiesta porque tenía una pinta espectacular. Llevaba un vestido negro ajustado y su cabello estaba rizado. Sus curvas se veían tan bien con ese vestido que quería follarla con él. No ayudó que ella estuviera usando una tanga de color rosa brillante debajo.

Fuimos a la fiesta y nos saludamos como de costumbre y nos sentamos juntos. Esta era una fiesta para otro miembro de la familia, así que todos éramos familia y nos llevábamos bien. Mi tía no paraba de tocarme la pierna y eso me ponía cachondo. Estuvimos solos en la mesa un rato y le dije lo mucho que la deseaba. Ella se rió y dijo que no en este momento y fue una tortura para mí.

Decidí dejar a mi tía por un tiempo y irme con mis primos un rato y bebimos y hablamos. Esto me ayudó a dejar de pensar en mi tía. Pero tan pronto como me emborraché un poco con el alcohol, comencé a ponerme cachondo de nuevo. No podía quitarle los ojos de encima. Esta vez le envié un mensaje de texto y ella solo me sonrió. Fui y tomé unas copas con ella.

Mi tía empezó a decirme que ella también quería follar pero sería obvio. Así que tomamos unas copas juntos y aquí es donde comenzó la diversión. Mi tía y yo estábamos en una mesa en la parte de atrás del galpón y nadie estaba cerca de nosotros ni nos hacían caso. Sentí su mano en mi pierna y lentamente comencé a agarrar mi bulto. Al instante me puse duro. Empecé a trabajar en su vestido, pero ella me detuvo y dijo que sería demasiado obvio.

Entramos a la casa de mis tíos y directo al cuarto de lavado porque estaba en la parte más alejada de la casa. Mi tía y yo empezamos a besarnos frotándonos. Ya estaba goteando líquido preseminal y no podía esperar más. Mi tía me sacó la polla e inmediatamente se arrodilló y comenzó a chuparme la polla. Se sentía increíble sentir sus grandes labios alrededor de mi pene. La forma en que chupó la punta hizo temblar todo mi cuerpo.

Se levantó y empezó a besarme de nuevo. Empecé a frotar su coño a través de sus bragas. Estaba tan mojada que me hizo palpitar aún más. Le di la vuelta y le subí el vestido. Su grueso culo hizo que mi polla rebotara e inmediatamente enterré mi cara entre él. Bajé sus bragas para revelar su culo apretado y su coño chorreando. Lamí su parrilla y jugué con su clítoris. Ella gimió haciéndome querer hacerlo aún más.

Ella me dijo “cojeme” y tuve un segundo donde me detuve. Nunca antes habíamos tenido sexo sin condon y le dije que no tenía condón. “Esta bien” me dijo mientras miraba hacia atrás y sonreía. Sin pensarlo, me deslicé. Se sentía increíble. Mi polla palpitaba en ella por la idea de follar a mi tía en carne viva.

Ella estaba inclinada sobre la lavadora y yo la acariciaba lentamente. Los dos gemíamos y nos dábamos placer. Podía escuchar su coño mojado cada golpe mientras se frotaba el clítoris. Mi tía se bajó de la lavadora y se dio la vuelta. Bajé su vestido, revelando su sostén rosa a juego y sus grandes tetas. Ni siquiera le desabroché el sostén y simplemente lo bajé, revelando sus grandes tetas. Sus tetas siempre me enamoraron de mi tía. Empecé a besarlos y chuparlos, sus gemidos calientes eran más fuertes.

Estuve cerca de correrme y se lo dije. Me sorprendió cuando me dijo “dame tu leche dentro de mi”. Escuchar a mi tía decir eso mientras me miraba a los ojos fue definitivamente uno de los mejores momentos de mi vida. Yo estaba cerca y ella lo sabía. Siguió frotando su clítoris mientras yo seguía acariciando y sentí que mi leche se acercaba más y más. Entré en su coño y ella se corrió al mismo tiempo que yo. Yo estaba temblando y ella gemía y sus ojos se pusieron en blanco. Saqué mi polla y miré mi semen goteando. Nos reímos, pero la vista me puso cachondo.

Me vestí después de follar y volví a la fiesta. Nadie se dio cuenta de que nos habíamos ido. Continuamos con la noche y nos fuimos a casa después de que terminó.

Esta fue la primera vez que me follé a mi tía en carne viva y me corrí dentro de ella. A menudo pienso en esta experiencia y me masturbo solo por lo caliente que estaba. Verla con esas bragas rosas siempre me recuerda a esa noche. Esto fue hace más de un año. Desde entonces no usamos condones y acabó dentro de ella.