Así que estaba parado, en más de un sentido, justo detrás de ella. Me acerqué un poco más sólo tomándome un par de segundos para admirarla otra vez. Puse mis manos en sus caderas y sentí que ella se estremeció, creo que pensó que yo iba a penetrarla en esa posición pero yo todavía no había pensado hacerlo. Me incliné un poco sobre ella para lamer sus orejas y susurrarle al oído cuánto me gustaba, bajé por su cuello dándole lengüetazos y pequeños mordiscos, ya para ese momento ella empezaba a respirar agitadamente.

Empecé a subir las manos por su firme abdomen al mismo tiempo que mis labios con pequeños saltos iban dejando un leve rastro por su espalda que gotas de agua se apresuraban a borrar. En el camino hacia abajo se iban quedando también algunas lamidas que me pareció que igualmente le agradaban.

Finalmente el recorrido de mi boca encontró el final de su espalda, mis manos que ya habían alcanzado sus tetas y pellizcado suavemente sus pezones, con suaves jaloncitos, bajaron rápidamente a afianzar nuevamente sus caderas. Empezó un frenesí de besos y caricias, ese hermoso culo me enloquecía y lo quería todo.Sobé gentilmente esas nalgas, en un momento las separé firmemente, haciendo un espacio entre ellas, haciendo que el agua de la regadera pasara enmedio como si cruzara un cañon.

Luego no pude más, el frenesí de mis besos llegó justo a su ano, lamiéndolo y besándolo sin dejar de acariciarlo con mis dedos, por sus pujiditos y jadeos creo que ella lo estaba disfrutando igual o más que yo. Sin dejar de mordisquear sus nalgas empecé a empujar lentamente mi dedo medio por su estrecho ano mientras ella pujaba, le dí en ese momento una nalgada y ella casi gritó, pasé mi otra mano por delante buscando estimular su clítoris, mientras con los dedos libres de la otra mano acariciaba sus labios, buscando llegar a su orificio vaginal.Creo que ella estuvo a punto de tener un orgasmo.

Estaba agitada y con la voz entrecortada me decía: "¡Vámonos, vámonos...". "¿Quieres irte a la cama?", le pregunté y ella decía "Sí, sí...", me reí un poco porque no estaba seguro si lo decía por el placer del momento o porque quería que nos fuéramos a la cama. Saqué lentamente mi dedo de su culo haciéndolo girar en un sentido y en otro y ese movimiento creo que también le gustó.

Íbamos de salida cuando ví esa división en forma de "J", en el instante me vino la inspiración y quise probar algo. Tomé una toalla y la extendí encima, luego le pedí que se sentara ahí. Jalé el tapete del WC, y me arrodillé frente a ella, que se echó para atrás, recostándose cómodamente. Le separé muy bien las piernas y empecé a besar desde sus pies, lamí y chupé uno de sus dedos y creo que ella sintió una descarga eléctrica como la que yo sentí cuando ella al oído me invitó a su habitación, me gusta pensar que el chispazo nació en su dedo, recorrió su pierna y estalló en su ano, pero quizá el eco llegó hasta su coño húmedo.

Ella no estaba completamente afeitada, pero era notorio que se recortaba la mata, la tenía muy bien cuidada, una cantidad respetable de vellos por arriba, pero bien recortados y más abajo nada, por lo que muy cómodamente pude hacer que mis labios y mi lengua recorrieran su vulva una y otra vez. Besé su coño como si besara su boca y hasta introduje un poco mi lengua, sacudiéndola; succioné su clítoris, lo lamí y lo besé y hasta me ayudé con los dedos, de verdad que me esforcé, yo estaba muy interesado en su placer y creo que logramos finalmente que ella tuviera al menos un par de orgasmos trepidantes.

Estoy casi seguro porque sus piernas que sostenía con mis manos le temblaban mientras contraía el ano y en un par de ocasiones arqueaba la espalda y hacía como que tenía unos breves espasmos.