No tenía mucho de haber ingresado al trabajo, día a día conocía a más compañeros, el sitio es muy grande y hay tres turnos, así que las primeras semanas, quizá meses, conoces a mucha gente constantemente. Y hay de todo; a algunos les caes bien, a otros les desagradas desde el primer minuto, unos te apoyan, otros te quieren "chalanear", otros te ignoran o nada más te miran de arriba abajo y así.

Una de las cosas buenas que tiene es que me da la oportunidad de trabajar de cerca con mujeres hermosas y muy inteligentes, aunque no todas sean agradables mas por el contrario muchas son bastante difíciles de aguantar.

En fin. En una de esas escuché un rumor sobre una enfermera; Karina. La verdad es que por esas fechas yo no andaba muy bien, en ningún aspecto: Venía saliendo de una situación de salud complicada, me estaba recuperando también en el aspecto económico y anímico, tenía poco tiempo que mi esposa me había dejado, mientras trataba de aprender todo lo relacionado con mi nuevo trabajo, de adaptarme. No me estaba resultando fácil. Muchos compañeros te complican todo y además es de por si un trabajo estresante donde la inexperiencia me la cobraron caro.

Así estaba el panorama cuando oí hablar de Karina. Yo no la ubicaba. Y ya sabía que ese lugar hay muchos chismes, rumores, intrigas... ¡ufffff! Así que me lo tomé con reservas, sin embargo cuando la conocí quise darle credibilidad al chisme, claro que sí, y es que me habían dicho, nada más y nada menos que yo le gustaba. Obviamente me sentí halagado pero estaba escéptico mientras no supe quién era, eso cambió cuando la conocí; es una enfermera flaquita, chaparrita, linda, alegre y nada tímida. Ahí me emocioné, no lo puedo negar. Lo que más me llamó la atención es que puede que sea flaquita pero su pecho está bien redondo y turgente, duro. Y tiene un culo bien redondito y paradito, bien firme. Todo proporcionalmente a su complexión, claro, no es una mujer exuberante sino bien proporcionada y sexy.