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El bebé en la vereda
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Aquí les dejo la anécdota que les había comentado en un post anterior, está historia le sucedió al hermano de mi abuelita y se las comparto contada a mi estilo.

Corrían los años cincuenta, la denominada época del cine de oro mexicano estaba por llegar a su fin. Las mujeres votaban por primera vez en una elección federal, y el mundo le daba un último adiós a Frida Kahlo. En esos años, es cuando José Luis, un hombre curtido por el trabajo desde muy temprana edad y el pensamiento de la época vivía sus treintas entre jornadas madrugadoras de labor y fines de semana trasnochadores de baile y alcohol. Por aquel tiempo en la Ciudad de México los caminos pavimentados se reducían al centro y poco más, el resto se encontraba lleno de camino real, pasos de terracería entre sembradíos era lo que había que cruzar para llegar de un sitio a otro.

En alguna fría madrugada de sábado como ya era comtumbre, José Luis salía de una fiesta después de haber bailado hasta que sus pies no dieron más de si, en esa ocasión el baile pudo más que el alcohol por lo que la cantidad que había bebido no fue la necesaria como para dejarlo en estado de ebriedad. Él caminó de regreso a casa sin mayor problema, a no ser por el punzante dolor en los pies causado por aquella juerga, así que creyó más conveniente atravesar una milpa en vez de rodearla por el camino trazado.

Caminó entre aquellas mazorcas alrededor de 10 minutos antes de darse cuenta que había caminado en la dirección incorrecta, salió de la milpa y se maldijo por aquel error, ahora tendría que caminar por la orilla de una pequeña vereda por unos 10 minutos más hasta salir al camino de nuevo, atravesar un par de calles y por fin llegar a casa.

Estando a unos metros de llegar a su casa alcanzó a escuchar en algún lugar música, algunas de esas canciones que sonaban alegrando las fiestas de aquel entonces. Molesto por su travesía pensó que unas cuantas copas más no le caerían nada mal, así que agudizó el oído y comenzó a caminar en la dirección de la música, pero cuando parecía acercarse al lugar, la música de repente se alejaba, se volvía a acercar pero sin más la música se volvía a alejar, no sabe cuántas veces le sucedió esto pero cuando se dió cuenta estaba de regreso en aquella pequeña vereda, estando ahí fue que la música cesó y en su lugar se empezó a escuchar el llanto desconsolado de un bebé, angustiado comenzó a buscar al bebé mientras pensaba que madre desnaturalizada sería capaz de tal atrocidad, abandonar a un bebé en medio de ese lugar, un pensamiento que se repetía una y otra vez.

Entre unos matorrales fue que, después de unos minutos buscando, encontró un pequeño bulto de sábanas que en algún momento fueron blancas y que ahora estaban roídas y muy sucias. El llanto provenía de entre aquellas sábanas, lentamente se acercó y mientras lo hacía fue casi imposible para él reprimir una arcada, cuando un fétido olor lo envolvió, el olor provenía de ese bulto, aún así tomo el revoltijo de mantas entre sus brazos y poco a poco las fue retirando para ver a ese bebé que no paraba de llorar, toda su vida su arrepintió de aquella decisión. Una cabeza más grande de lo normal con un rostro adulto, arrugado y hasta cierto punto deforme y nauseabundo fue lo que vió cuando terminó de retirar las mantas, instintivamente lo alejo de su cuerpo pero sin soltarlo se le quedó mirando, paralizado por aquella espeluznante visión. No podía dar crédito a lo que sus ojos veían, los segundos más largos de su vida.

De un momento a otro aquel ser dejo de llorar, abrió los ojos dejando ver unas pupilas grisaseas como las de una persona con cataratas, con un par de espamos saco sus manos de las sábanas, manos huesudas de uñas largas mugrientas, llevo una de ellas a los pliegues de piel que hacían las veces de boca, abrió dejando salir un olor aún más fétido mostrando unos dientes amarillentos y rotos, dijo -mira mi diente-...

En ese momento José Luis se recuperó de su parálisis y arrojó a la criatura al suelo, salió corriendo con toda la energía que su cuerpo fue capaz de darle mientras escuchaba a su espalda una risa estridente que inundaba el silencio de la noche, seguida de un alarido que parecía provenir de un sitio fuera de este mundo.

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1 year ago