Primera vez que me compartieron. (Perspectiva de una mujer. Historia real)

Quería compartir esta historia desde hace un tiempo y finalmente decidí escribirla. Esto sucedió en abril de 2024. Tengo 41 años y he estado con mi hombre durante más de 20 años. Tenemos 4 niños maravillosos. Soy mitad Latina y mitad de Medio Oriente y mido 1,60 m. Tengo pies hermosos, muslos gruesos, un culo enorme y grueso, pechos de tamaño decente que son más grandes que un puñado y una hermosa puchita recortada casi calva con pequeños labios marrones. Solo había estado con dos hombres en toda mi vida, ni siquiera había visto un pene hasta que entregué mi virginidad cuando tenía 19 años. Mi hombre es un hombre latino muy atractivo y carismático, de 1,78 m, complexión delgada muscular con un pene de 13 cm de largo y muy grueso y un gran impulso sexual.

Hace unas semanas, nos fuimos de vacaciones sin los niños y nos quedamos en un hotel en una ciudad grande. Mi hombre y yo necesitábamos un tiempo a solas. A mi hombre le encanta tomarme fotos y videos atrevidos. En el pasado, ha fantaseado con varias fantasías pervertidas diferentes; recientemente confesó que lo volviera loco verme tener sexo con otra persona. Lo volvía loco pensar en que yo tuviera relaciones con otro hombre, especialmente porque solo he estado con dos hombres, pero nunca he expresado deseos de estar con otra persona ni me interesaba. Llegamos al hotel e inmediatamente nos metimos en la ducha. Tuvimos sexo rápido y nos preparamos para la cena.

Salimos ese viernes por la noche a un restaurante cerca del hotel. Después de la cena, tomamos un Uber hasta un bar donde tomamos algunas bebidas. Yo vestía una linda camiseta, jeans ajustados azules (la mayoría de los jeans son ajustados porque tengo muslos gruesos y un culo grande) y tacones bonitos. El bar en el que estábamos estaba bastante concurrido, lo que hizo que la gente se parara cerca de la mesa que pudimos conseguir. Mientras estaba sentada tomando bebidas y escuchando música, noté que un chico estaba parado cerca de la mesa que me miraba constantemente y sonreía. No le presté mucha atención y continuaba conversando con mi hombre. En un momento, me levanté para ir al baño, y mientras me alejaba, varios tipos se quedaron mirándome el culo. Vi a uno de los tipos que me estaba mirando y me miró y me dio una sonrisa incómoda como si estuviera tratando de ocultar el hecho de que me estaba mirando. Miré de nuevo a mi hombre y esto no hizo que se enojara ni se pusiera celoso, en cambio, me dio una sonrisa de oreja a oreja. Regresé y terminé mi bebida. Decidimos ir a otro bar. Tomamos un Uber hasta el otro bar y después de algunas bebidas, regresamos al hotel. Una vez en el hotel, comenzamos a tener sexo. Mientras teníamos sexo (nunca había sucedido antes, pero debe haber sucedido por la fantasía que mi hombre me dijo que tenía), seguí pensando en el tipo que me miraba, lo que me hizo hacer el amor (coger) con una pasión extrema. Después de que terminamos, mi hombre me preguntó qué me pasó y se jactó de cómo me había hecho correrme dos veces antes de terminar. Me reí y le expliqué lo que estaba pasando por mi cabeza. Él procedió a preguntarme si la idea de tener sexo con otra persona realmente me excitaba. Le dije que sí, pero también le expliqué que no tenía idea de por qué, y le aseguré que el me satisface. Para mi sorpresa, él solo sonrió, pero sabía que él quería que realmente sucediera, y tal vez yo también.

Al día siguiente, salimos a algunas atracciones locales y decidimos que cenaríamos en el restaurante y bar del hotel esa noche. Una vez de regreso en el hotel, me di una ducha y luego mi hombre se duchó después. Luego nos preparamos para la cena. Le pregunté a mi hombre qué debería ponerme. El restaurante y el bar del hotel son bastante agradables y el hotel estaba lleno porque se estaba celebrando una convención. Sabía que habría varias personas y él querría que me vistiera sexy. Llevé un bonito vestido corto dorado con aberturas en ambos lados (que se convirtió en un microvestido debido a mi gran culo) y tacones brillantes a juego. Mientras me miraba en el espejo, vi a mi hombre tratando de ocultar su bulto que crecía debajo de sus pantalones. Ver a mi hombre excitado me hizo pensar en los chicos mirando mi culo y tratando de echar un vistazo debajo de mi vestido. Entonces me puse en trance y comencé a mojarme, lo que luego fue interrumpido por mi hombre preguntándome si estaba lista para ir. Luego bajamos a cenar. Después de la cena, cruzamos el gran vestíbulo hasta el área de barra libre donde había varias personas. La multitud estaba compuesta por un 70% de hombres y un 30% de mujeres. Encontramos una mesa alta junto a una pared y nos sentamos. Había una mesa a nuestro lado que estaba ocupada por cuatro chicos. Todos parecían estar a unos quince años menos de nuestra edad. Mi hombre y yo tomamos algunas bebidas y hablamos sobre algunos eventos de trabajo que se avecinaban. A medianoche, las luces de la barra libre se atenuaron y la música comenzó a sonar más fuerte de lo que lo había hecho. El personal comenzó a pasar y se movieron las mesas. Me di cuenta de que donde habían estado las mesas inferiores, ahora se estaba transformando en un área de baile. Esto hizo que el grupo de cuatro chicos se parara cerca de nuestra mesa. Después de unos 30 minutos, el grupo de cuatro se había reducido a un solo un chico. Dos de los chicos habían empezado a bailar con mujeres y el tercero se había ido. El chico solitario estaba de pie cerca de mí. Estaba disfrutando de la música y tenía ganas de bailar, le pregunté a mi hombre si quería bailar (por alguna razón desconocida para mí se negó, y le encanta bailar). Me molesté por su respuesta. Se rió y me dijo que no estaba interesado en bailar porque no tenía suficiente alcohol en su sistema (nunca ha necesitado alcohol para bailar, así que esto me hizo sentir un poco incómoda). Mi hombre miró al chico que estaba parado a mi lado y sin dudar me dijo que bailara con él. Puse los ojos en blanco y me reí, pero estaba intrigada. Entonces mi mente volvió al modo fantasía. Me dijo que hablaba en serio, se acercó, le tocó el hombro al chico y lo invitó a nuestra mesa. Se presentó como Thiago y nos dijo que estaba de visita por negocios desde otra región.

Thiago era un hombre latino moreno, de aproximadamente 6'1 y complexión musculosa. Thiago era un hombre atractivo que nos dijo que acababa de graduarse de la universidad y que acababa de comenzar a trabajar para la empresa y que estaba aquí para un evento de capacitación. Mi hombre se puso personal y le preguntó a Thiago si estaba casado o tenía hijos y él nos dijo que no estaba casado ni tenía hijos y bromeó con nosotros diciendo que solo había estado en dos relaciones en toda su vida. Acababa de romper con una novia de 4 años cuando ella se mudó de nuevo a casa después de la universidad y él no podía manejar una relación a larga distancia. Estaba prestando mucha atención a Thiago y me reí de las cosas divertidas que decía, mi hombre se dio cuenta de esto. Una canción que mi hombre sabe que me encanta comenzó a sonar, invitó a Thiago a bailar conmigo. Thiago me miró y sonrió, y luego miró a mi hombre algo desconcertado e insistió, yo también estaba desconcertada por la insistencia de mi hombre. Estaba avergonzada y un poco indecisa cuando Thiago aceptó la invitación, pero me levanté y salí con él. Al principio, me recordó a un baile de secundaria. Thiago y yo simplemente nos paramos uno frente al otro y nos movimos torpemente. Pero después de dos o tres canciones, Thiago agarró mi mano y me acercó. Bailamos juntos durante dos canciones. Me estaba divirtiendo, pero no quería parecer que lo disfrutaba demasiado. Volví a mirar a mi hombre y él estaba todo sonriente, levantó su vaso e hizo el movimiento de seguir adelante y bailar. Thiago se inclinó y me susurró algo, no pude escuchar realmente, así que solo sonreí.

Volví a la mesa mientras Thiago se alejaba. Mi hombre parecía confundido y nervioso y preguntó qué había pasado. Le dije que Thiago necesitaba usar el baño. Me preguntó si Thiago había planeado volver y le dije que no lo había dicho. Mi hombre me acercó a él y me preguntó si disfrutaba bailar con Thiago. No quería sonar demasiado entusiasmada, así que dije: "Supongo, ¿por qué?" De repente puso su mano entre mis piernas y me preguntó si me excitaba bailar con otra persona. Lo miré y dije: "No lo creo. En realidad, no". Procedió a meter la mano debajo de mi vestido y plantó su mano en la parte interna de mis muslos. Al instante sintió que no llevaba bragas y que mi puchita estaba realmente mojada. Me sentí avergonzada y apenada, pensé que mi hombre se iba a enojar (no es del tipo celoso, pero esto cruzó la línea, o eso pensé). Riéndose, me dijo que sentía que mi puchita disfrutaba del baile. Me sentí aún más avergonzada y un poco enojada y le saqué la mano, pero le di una sonrisa juguetona y enojada. Le pregunté a mi hombre si estaba listo para regresar a la habitación y, vacilante, me dijo que estaba listo si yo lo estaba. Me di cuenta de que no quería irse, pero me dolían los pies. Mi hombre le dio a la mesera su tarjeta para pagar nuestra cuenta. Mientras esperaba la tarjeta, vi a Thiago caminando de regreso entre la multitud. Vino directo a nuestra mesa y dijo que lamentaba haber estado ausente tanto tiempo. Explicó que los chicos con los que vino se habían ido a su habitación a divertirse con las chicas que acababan de conocer. Mi hombre le preguntó si iba a ir allí, pero dijo que no quería molestarlos mientras estaban "ocupados". Mi hombre le dijo a Thiago que él pagaría nuestras bebidas y que estábamos a punto de irnos a nuestra habitación. Thiago inmediatamente puso una expresión facial como si estuviera decepcionado y dijo que estaba ansioso por bailar de nuevo. Mi hombre me miró y se dio cuenta de que tenía a Thiago en mi mirada. Mi hombre me preguntó si quería bailar un poco más (realmente quería seguir bailando, pero tener 41 años y usar tacones altos duele después de un tiempo). Le dije que estaba lista para quitarme los tacones porque me dolían los pies. Thiago me escuchó y comenzó a decirnos que era un placer conocernos y despedirse. Me levanté y fui al baño para limpiarme, ejem, la humedad. Una vez que salí del baño, vi a mi hombre y a Thiago hablando con mucho entusiasmo, pero una vez que llegué, se volvió incómodo y silencioso, fue entonces cuando nos despedimos.

Mi hombre y yo entramos a la habitación. Iba a quitarme mi ropa, pero mi hombre me dijo que me lo dejara puesto porque quería admirarme más tiempo con el microvestido puesto. Comenzó a besarme y a frotar mis piernas y mi culo. Empezó a contarme que se había excitado mucho al verme bailar con Thiago. Antes de que pudiera yo hablar, comenzó a besarme más apasionadamente y me acosto en la cama. Puso música en el Spotify de la televisión y comenzó a frotarme los pies. Poco después escuché un golpe en la puerta. Me sobresalté, pero noté que mi hombre estaba duro, muy duro. Lo miré y le pregunté quién podría ser en ese momento. Mi hombre me dijo que podría ser una habitación vecina que se debe haber molestado por la música. Mi hombre me dijo que revisara la mirilla mientras trataba de ocultar su "excitación". Caminé hacia la puerta y miré por la mirilla para mi sorpresa encontrar a Thiago parado en la puerta tentativamente.

Estaba muy confundida y le dije a mi hombre que Thiago estaba en la puerta. Mi hombre se levantó y con indiferencia le dijo a Thiago que entrara y fue recibido en nuestra habitación. Me sorprendió, confundió y molestó que Thiago estuviera allí. Todavía estaba mojada por los juegos previos que estaba haciendo con mi hombre y olvidé que mis tetas estaban casi fuera de mi vestido y que no estaba usando bragas. Entonces, cuando miré y vi a Thiago caminando con mi hombre, debió haber visto mi puchita porque tenía una gran sonrisa. Solté un jadeo y me metí bajo las sábanas lo más rápido que pude. Mi hombre con una gran sonrisa me dijo que alguien nos había encontrado mágicamente y le pregunté enojada qué estaba pasando. Mi hombre me dijo que Thiago no quería ir a su habitación y ser el único que no tuviera nada de acción, por lo que lo había invitado a nuestra habitación para pasar el rato. Thiago intervino y me dijo que se iría si yo quería que lo hiciera. Realmente quería que se quedara, pero también quería que se fuera, sentí que estaba en el punto en el que quieres que una fantasía suceda o dejar que siga siendo solo una fantasía. Me senté allí en silencio mirando a ambos hombres. Mi hombre procedió a romper el hielo y le dijo a Thiago que él y yo nos estábamos preparando para acostarnos y mirar televisión. Le hizo una señal a Thiago para que se sentara en el sillón reclinable al lado de la cama y mi hombre se metió en la cama conmigo. Mi hombre puso una película mientras yo estaba sentada a su lado en un estado de confusión y excitación. No había dicho una palabra desde que vi a Thiago y literalmente me quedé sentada, concentrada en la televisión y sin intentar hacer contacto visual con nadie. Mi hombre me miró y me dijo que si quería "jugar" con Thiago, estaría más que bien con eso, pero me aseguró que no había presión y que le pediría que se fuera si yo no quería. Miré a mi hombre y luego a Thiago. Mi hombre me preguntó de nuevo si estaba bien y asentí con la cabeza. Mi hombre miró a Thiago y le dijo que podía ducharse si lo necesitaba.

Thiago se puso de pie y entró en nuestro baño. Una vez que Thiago estuvo fuera de la vista, pude funcionar de nuevo. Mi hombre me preguntó si quería tener sexo con Thiago. Dije que no sabía y le expliqué que estaba muy nerviosa. Luego me preguntó si estaba excitada y para mi sorpresa, sin dudarlo, dije que mucho. Mi hombre movió las sábanas de encima de mí y notó que mis pezones estaban tan duros que podían cortar hielo. Pasó mi mano entre mis piernas y sentí que mi puchita chorreaba por todas partes. Solté un gemido mientras frotaba mi clítoris hinchado y chupaba mis pezones. Para entonces, la ducha estaba abierta y se podía escuchar a Thiago enjuagándose. Mi hombre me dijo que fuera al baño y mirara a Thiago desnudo. Le dije que solo había visto a otros dos hombres desnudos antes, y el que estaba antes de él fue hace más de 20 años, sonriendo, mi hombre dijo que lo sabía. Me preguntó si estaba bien con esto y le dije que estaba más que segura. Le hice la misma pregunta a mi hombre y también dijo que estaba más que seguro, aunque no necesitaba decírmelo, vi a través de sus bóxers que estaba liberando pre-semen sin que lo tocara. Me puse de pie y caminé alrededor de la esquina hacia la puerta del baño. Abrí la puerta lentamente y miré adentro. Escuché a Thiago decir: "puedes unirte a mí si quieres". Le dije a Thiago que estaba bien y le dije que estaría en la cama. Cerré la puerta y caminé rápidamente hacia mi hombre. Me preguntó si me gustaba lo que veía. Respiraba agitadamente por el nerviosismo y la excitación. Me volvió a preguntar si me gustaba ver otro pene y todo lo que pude decir fue un entusiasta sí. La ducha se cerró y la puerta del baño se abrió después de un minuto de que Thiago se secara. Thiago salió del baño y caminó alrededor de la esquina con la toalla de baño envuelta alrededor de él. Podía ver el bulto de su pene a través de la toalla y caminó por el frente de la cama y fue al sillón reclinable. Mi hombre se puso de pie y le dijo a Thiago que se uniera a mí. Thiago se sentó en la cama y se volvió hacia mí, estaba tan caliente, nerviosa y emocionada. Mi hombre me dijo que le mostrara a Thiago mi enorme y redondo culo latino y mis anchas caderas de Medio Oriente . Bajé las sábanas de la cama y me di la vuelta, mostrándole a Thiago mi redondo y grueso culo. Thiago se acercó y lo tocó. Salté en reacción a sentir su mano. Thiago comenzó a masajearme el culo y las piernas. Estaba tratando de controlar mi respiración, pero todavía respiraba agitadamente. Entonces mi hombre procedió a decirme que me diera la vuelta y tocara a Thiago. Cuando me di la vuelta, Thiago se quitó la toalla dejando al descubierto su pene duro como una roca. Su pene era más largo que el pene de mi hombre. El pene de Thiago medía aproximadamente 23 centímetros, pero era un poco mas grueso que el de mi hombre. No podía apartar la mirada del enorme y duro pene de Thiago. Thiago me agarro y me acercó a el y comenzamos a besarnos. Mi hombre se sentó en el sillón reclinable y sacó su duro y grueso pene. Miré a mi hombre y pude darme cuenta de que estaba en un punto sin retorno, que si comenzaba a tocarse a si mismo se correría al instante, la cabeza de su pene estaba tan brillante y llena de líquido pre-seminal. Thiago deslizó la parte superior de mi vestido hacia abajo exponiendo mis pezones marrones erectos y mis curvas. Traté de cubrirme con mis brazos, pero Thiago tiró de mis manos hacia su pene. Puse mis pequeñas manos alrededor de su pene y, vergonzosamente, dejé escapar un largo gemido al instante. Thiago me recostó y sonrió cuando notó que no tenía bragas y que mi puchita estaba empapada. Mi hombre se puso de pie y se acercó a la cama. Sonrió y se lamió los labios cuando vio que mi puchita brillaba por lo mojada que estaba. Thiago empezó a comerme la puchita, lo que me hizo estremecer y retorcerme de placer. Después de unos cinco minutos de comerme la puchita, Thiago levantó mis piernas y empezó a comerme el culo, estaba en éxtasis, procedió a empezar a tocarme la puchita y el culo mientras chupaba mi clítoris, estaba a punto de correrme, pero se detuvo justo a tiempo. Thiago se puso de rodillas. Abrí los ojos y le hice un gesto a mi hombre para que se acostara a mi lado. Thiago empezó a tocarme la puchita y el culo de nuevo y gemí suavemente. Mi hombre se acostó a mi lado y me besó y chupó mis pezones mientras Thiago seguía tocando mis dos agujeros y chupando mi clítoris, esta vez me corrí muy fuerte. Thiago se puso de pie y fue a sus pantalones para sacar un condón. Observé atentamente cómo Thiago abría el envoltorio y se ponía el condón. En ese momento mi hombre fue a buscar su teléfono móvil y empezó a filmar, esto me puso más caliente, me sentí como una estrella porno. Thiago se puso en posición y colocó la cabeza de su pene hinchado sobre mi pequeña puchita empapada. Thiago frotó su pene de arriba a abajo sobre los labios de mi puchita, lo que me hizo jadear cada vez que estaba cerca de penetrarme. Thiago colocó su pene en posición para entrar en mí y miró a mi hombre. Estaba tan excitada y en este punto, que no pude hacerle a mi hombre la siguiente pregunta sin respirar varias veces. Le pregunté a mi hombre nuevamente si estaba de acuerdo con esto y dijo "sí". Tan pronto como mi hombre dijo que sí, Thiago deslizó suavemente su pene en mi puchita convulso, lo que me hizo tener un orgasmo instantáneo nuevamente. Thiago me cogio lentamente durante un largo tiempo mientras yo masajeaba mi clítoris, él bajaba y chupaba mis pezones. Me cansé del ritmo lento y me puse en cuatro y le exigí a Thiago que me comiera estrictamente el culo. Thiago se inclinó y le gustó mi suave y impecable culo mientras yo me inclinaba y chupaba el pene de mi hombre. Thiago luego comenzó a cogerme con embestidas largas y duras. Thiago me preguntó si podía montarlo. Dijo que quería sentir mi grande, grueso y delicioso culo rebotar sobre su pene y sus bolas. Asumí la posición y reboté mi culote arriba y abajo. No pasó mucho tiempo antes de que Thiago dijera "Eso me va a hacer correrme". Miré a mi hombre y él me dijo: "No pares". Thiago dejó escapar un largo y fuerte gemido y, a su vez, grité un orgasmo prolongado. Tan pronto como Thiago terminó, le dije a mi hombre que viniera y pusiera su pene dentro de mí mientras sus dedos jugaban con mi culo. La sensación de ser penetrada por mi hombre que acababa de presenciar cómo alguien más me cogio, fue algo que no puedo explicar. Miré y vi a Thiago sin condón y masturbándose para volver a tener una erección. Después de ver eso, y sentir a mi hombre llenándome ambos agujeros me excitó más y quise más. Hice que mi hombre se corriera más fuerte y le di el mejor orgasmo de su vida. También tuve mi primer orgasmo de chorros. Sin embargo, todavía quería más. Miré a Thiago y le pregunté si estaba listo para más y si tenía otro condón disponible. Él asintió con la cabeza, algo asustado y emocionado. Le dije a mi hombre que sacara su teléfono celular y estuviera listo para comenzar a filmar porque este iba a ser su porno favorita hasta ahora. Le dije a Thiago que me mostrara lo que hacen esos músculos y que me cargara mientras me cogia. Hizo lo que le dije, agarró mi culo mientras me subía y bajaba y me empalaba con su largo, grueso y duro pene. Estaba a punto de correrme tan bien, pero le dije a Thiago que me bajara. Me puse en cuatro y le dije que quería que usara mi culo ya que nunca nadie lo había usado antes. Miré a mi hombre para ver su reacción y él solo asintió con la cabeza mientras intentaba filmar y acariciar su pene. Miré a Thiago y le pregunté si estaba listo. Estaba salivando y asintió con la cabeza mirando directamente a mi culo. Estaba empujando cada centímetro tan lento y suave porque sabía que era mi primera vez. Dolía, pero se sentía tan rico. Una vez que estuve más relajada le dije que me cogiera más fuerte, que me tirara del pelo, que me pegara tan fuerte el culo que me lo dejara rojo. Estaba en éxtasis puro. Sentí que el pene de Thiago se hinchaba, le dije que parara y se tumbara en la cama. Me puse encima de él y deslicé su pene en mi culo. Thiago estaba tan sorprendido que casi se vino, miré a mi hombre y se quedó quieto en extasis. Rápidamente despues se puso detrás de mí para empezar a grabar. Empecé a montar el enorme y duro pene de Thiago como si no hubiera un mañana mientras jugaba con mi clítoris, luego sentí que el pene de Thiago empezaba a latir y empezó a gemir y miré a mi hombre y él también empezó a correrse, esto me puso al límite y comencé a chorrear y a tener el mejor orgasmo de mi vida. Fue demasiado éxtasis para que todos pudiéramos soportarlo. Después de estar acostados en la cama por un corto tiempo, todos nos levantamos y nos limpiamos. Thiago se vistió y nos dio las gracias por un muy buen momento y se fue. Mi hombre y yo nos fuimos a dormir y nos despertamos a la mañana siguiente sin remordimientos.

Sé que la historia fue larga, pero disfruté tanto viviéndola que no podía dejar fuera ningún detalle. Si te gustó la historia, no dudes en compartirla. También comparto algunas de mis fotografías. ¡Disfrútalas! Hasta ahora esto ha sido solo una vez, pero quién sabe, mi hombre y yo lo disfrutamos mucho. Tal vez cuando veas a una hermosa Latina de Medio Oriente con un minivestido dorado y un gran trasero delicioso bailando, si juegas bien tus cartas, podras tener suerte.