¿Sabes lo que es un fetiche? Un fetiche puede tener muchos significados, pero en el sexo suele ser eso que a ti te gusta que es un poco más raro de lo habitual, algo que normalmente a otras personas no les pondría calientes. Algunas personas disfrutan mucho viendo bukakes, otras les gustan que les peguen y a otras les gustan los pies. Hay fetiches de todas clases. 

Hoy quiero contarles el mío. Yo soy una adicta al semen, hay mujeres a las que no les gusta su sabor, a otras les da igual y hay otras a las que les gusta incluso un poco, pero a mí me encanta. Si pudiese estaría todo el día chupando la verga de mi aminovio. 

Si les parece bien voy a contarles mi historia y cómo descubrí esta pasión. Seguro que muchos estarán pensando que es una historia muy sencilla, simplemente se la chupé a un chico y descubrí que me gustaba, pero no es tan sencillo. Verán, yo soy una chica de Tijuana y aunque me considero bastante guapa, en mi ciudad es tanta gente que no es fácil que te volteen a ver ya que la vida es muy activa día a día, en mi casa las costumbres son muy cerradas, por lo que cuando me cogía mi primer novio, es verdad que tuvimos mucho sexo, pero nunca se la mame, pensaba que aquello era demasiado sucio, de hecho, él nunca me lo pidió y a mí nunca se me pasó por la cabeza. 

Al final estuve un año saliendo con él y terminamos, me gustó mucho coger con él, pero nunca probé su semen. Todo cambió durante la universidad, al llegar a la universidad todo fue diferente, era mucho más independiente y descubrí muchas cosas. Vi que había muchas chicas que cogían cada semana con un chico diferente, solo tenían que salir de fiesta y conocer a alguno que les gustara, al final yo también me acostumbré a eso, era una forma de vida muy diferente y muy excitante.

 Recuerdo que el primer chico que me pidió que se la chupara, le dije que no, todavía no estaba preparada para eso. Después hubo un segundo chico al que también le dije que no y al final cuando saqué el tema con mis amigas me dijeron que eso era muy normal e incluso a ellas les gustaba hacerlo. Tuve que cambiar mi forma de pensar y me puse a ver algunos vídeos por internet para ver cómo se hacía, al final pensé que el próximo chico que me lo pidiera se lo haría y efectivamente a la semana siguiente hubo un chico que me lo pidió y bueno pues yo acepté, le avisé que era la primera vez que lo hacía, él se río un poco pero me dijo que no pasaba nada, al final me di cuenta de que lo hice bastante mal, por lo visto le hacía daño con los dientes, me pedía que fuese más rápido, un desastre, pero lo que seguro que no olvidaré fue cuando estuvo a punto de venirse, me dijo estoy cerca ¿me chorreo en tu boca o fuera? y yo me quedé pensando, no sabía lo que elegir, en ese momento mientras pensaba me quedé parada y me dijo pero no pares, así que yo simplemente seguí y al final lo echó todos los mecos en la boca, ahí fue la primera vez que probé el semen y efectivamente en esa primera vez ya me encantó su sabor, no dije nada justo en ese momento pero los siguientes días no podía parar de pensar en eso, al final cuando salí de fiesta y tenía sexo con otros chicos empecé a ser yo la que hacía una mamada sin decir nada, a ellos les gustaba mucho y yo quería mi recompensa al final, descubrí que cada chico tiene el semen de un sabor diferente e incluso cada día puede ser diferente aunque sea del mismo chico, pero al final todos me gustaban, creo que desde que llegué a la universidad tuve sexo con unos 80 chicos diferentes, en realidad no fueron tantos viendo el ritmo que llevaba, lo que ocurrió fue que hubo uno que me gustó mucho, me parecía muy guapo, su verga era muy larga, pero sobre todo soltó una gran cantidad de semen, prácticamente me llenaba la boca, era el que más se había corrido de todos los que había chupado y por si fuese poco además estaba muy guapo, no sólo él también me encantaba su semen, quiero decir, me gustó tanto que al final se lo dije, le dije que me había encantado que se chorreara tanto en mi boca y que su semen estaba muy delicioso, él se río mucho y me dijo que podíamos repetir otro día, si tanto le había gustado, así que al final intercambiamos números y a los pocos días volví a llamarle, no podía olvidar aquella sensación, iba saliendo cada vez más con él y entre una llamada y otra al final resultó ser mi actual pareja, descubrí que era un buen chico y me caía bastante bien, además tengo que decir que menos mal que le conocí, si no quién sabe si todavía seguiría por ahí adicta al semen de cualquier persona, ahora ya sólo tomo el de mi aminovio, bueno ¿crees que esta historia ha acabado aquí? podríamos decir que éste sólo era el comienzo, ahora lo que quiero contarte es lo que hago con él, en aquel entonces yo vivía sola y en unos pocos meses él empezó a vivir conmigo y la verdad es que todo fue muy bien, teníamos mucho sexo y todos los días le hacía una mamada pero me gustaba tanto el sabor que tenía, que me daba mucha pena cuando culiabamos con condón y tenía que tirarlo después, así que le confesé mi adicción y decidimos algo muy divertido, después de culiar él recogía el condón y me echaba todo el semen en la boca, la verdad es que me encantaba hacerlo así le daba un sabor un poco diferente pero seguía gustándome mucho, el tiempo seguía pasando y seguí descubriendo lo adicta que era, descubrí que mi aminovio a veces se masturbaba viendo porno cuando yo no estaba en casa y la verdad no me molestaba, pero me daba mucha pena que se desperdiciase ese semen, así que le pedí que lo hiciera con un condón y que cuando llegara a casa me lo diera, a él le pareció buena idea y con el tiempo cada día quería llegar antes a casa para poder tomarlo lo más calentito posible, al cabo de un año los dos lo teníamos muy claro, yo era su ADICTA DE SEMEN y él sabía que cada vez que se viniera tenía que acabar en mi boca, da igual cómo, de hecho llegó un punto en el que empezó a llamarme cariñosamente su ADICTA AL SEMEN y a mí me encantaba, a veces me llamaba para que me pusiese bajo la mesa mientras él hacía un trabajo o jugaba algún juego y también descubrimos formas muy divertidas de hacerlo, por ejemplo empecé a pedirle que se chorreara en alguna de mis comidas, el semen con fresas o con plátano está muy delicioso, creo que nada de esto hubiera sido posible si él no tuviese tanto aguante, era capaz de venirse tres o cuatro veces cada día sin cansarse en absoluto, hubo una vez en la que hicimos un batido, le puse a cuatro patas como si fuese una vaca y empecé a ordeñarle, hice que se corriese cinco veces seguidas y lo echó todo en un vaso, después con un poco más de leche, esta vez de verdad, y algunas frutas me hice un batido inolvidable, toda esta historia te está pareciendo muy loca verdad, pues esta solo ha sido la primera parte y la segunda es mucho más alocada, pero eso lo dejaremos para después, espero que te haya gustado esta primera parte de la historia.

 Esto ha sido todo por ahora, deja comentario si te ha gustado, muchas gracias a todos los que me están apoyando, un saludo.

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