La Navidad pasada, recibí un paquete dirigido a mí, pero sin información del remitente. Era pequeño y estaba envuelto en papel brillante. La curiosidad me pudo, así que lo abrí y encontré una antigua y hermosa caja de música. Tocaba una melodía suave que de inmediato me trajo recuerdos de mi difunta abuela, quien solía tener una similar. Sintiendo nostalgia, decidí investigar. Publiqué una foto de la caja de música en las redes sociales, con la esperanza de que alguien la reconociera. Para mi sorpresa, un primo lejano con quien no había hablado en años se puso en contacto. "¡Esa era de la abuela! Ella me la dejó, pero pensé que deberías tenerla." Las lágrimas llenaron mis ojos al darme cuenta de que la caja de música había viajado por la familia, encontrando su camino de regreso a mí. Se sentía como un cálido abrazo de mi abuela. Reconectamos a través de los recuerdos compartidos y decidimos reunirnos después de las vacaciones. Ahora, cada vez que doy cuerda a la caja de música y escucho esa melodía familiar, me acuerdo de la familia, el amor y las maneras inesperadas en que el pasado puede tocar nuestro presente. Es una pieza atesorada, no solo por su belleza, sino por la conexión que volvió a encender. ¿Cuál ha sido el regalo más inesperado que has recibido?4o mini